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Cómo acabé yo con mi dolor de espalda

Cómo acabé yo con mi dolor de espalda

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De la camilla a la sentadilla

El dolor de espalda es uno de los problemas que más quebraderos de cabeza le da a la gente hoy en día. Y, de hecho, es de lo que más tratamos en el MQC. Pero la realidad es que el principal problema no es el dolor en sí, ni mucho menos la espalda, sino esa actividad que desafortunadamente has tenido que dejar de realizar.

Yo mismo tuve ese problema en bachiller, cuando aún tenía 16 años. De la noche a la mañana empecé a tener dolor en la parte baja de la espalda, me dolía cuando me agachaba, cuando jugaba al tenis y hasta cuando estaba sentado. Al ver que el dolor no cesaba y que no podía hacer deporte como antes lo hacía decidí ir al médico. Después de valorarme y hacerme una radiografía me dijeron que tenía espondilolistesis, que es una especie de patología lumbar que puede llegar a comprimir la médula espinal.

Acudí a varios fisioterapeutas y médicos de León y Valladolid, que me dijeron que no podría hacer deportes de impacto y que me fuera olvidando del tenis. Para que os hagáis una idea los que me conocéis, en ese momento el tenis era para mí, lo que ahora mismo es el baile.

Semanas después, fui a ver un partido del Barça con Miguel, uno de mis mejores amigos, y por allí estaba su tío, un chico bastante fuerte al que le apasionaba el trabajo de fuerza. Miguel le comentó lo que me había pasado y él me dio el número de Arturo, un osteópata que se había formado durante muchos años en entrenamiento. Me puse en contacto con él y la semana siguiente fui a verlo a su gimnasio. Me valoró, me trató en la camilla y me puso un protocolo de ejercicios. Me gustaría extender la historia y hablaros de lo duro que fue el proceso, pero no es así. Fue muy duro hasta que di con él. Os prometo que nunca volví a tener el dolor que había tenido hasta entonces.

De esta historia hay varias cosas que me acuerdo, 15 años después, como si me hubieran pasado antes de ayer:

  • La primera vez que tuve dolor, haciendo el “sit & reach” en Educación Física. Y no entender por qué justamente me tenía que pasar a mí, si era de los que más deporte hacía de la clase.
  • La conversación con Jose. Yo diciéndole lo que tenía en la espalda y equivocándome de nombre. Hipololitesis le dije que tenía hehe. Se rieron los 2, más Miguel que Jose.
  • El día que me valoró Arturo, cuando me trató, las sensaciones que tuve al día siguiente de que algo no había funcionado, y la sensación de alivio que tuve a los 2 días cuando pasé un día entero sin dolor.
  • La forma de hablarme de Arturo en la sala de pesas. A veces era muy duro, pero entendía que lo hacía por mi bien.
  • Las palabras que me dijo un día cualquiera entrenando: “estás condenado a entrenar la fuerza de por vida”.

Creo que me lo tomé al pie de la letra, y decidí entrenarme a mí, y a un par de personas más.

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